El Gran Teatro de Cáceres moderniza su iluminación y decoración con una inversión de 50.000 euros

CÁCERES, 16 (EUROPA PRESS)

El Gran Teatro de Cáceres ha aprovechado el verano para realizar una serie de obras de remodelación y mejora de la iluminación y la decoración, así como la eliminación de humedades en las ventanas, que ha supuesto una inversión de 50.000 euros.

En concreto se ha actuado principalmente en el hall donde se han eliminado algunas columnas que impedían una visión general y se ha ampliado el espacio de entrada a la sala principal. Se ha cambiado toda la iluminación por bombillas de eficiencia energética de LED y se ha pintado todo el interior de las tres plantas del teatro eliminando el color salmón por uno blanco que da más luminosidad.

También se han pintado todas las puertas, y las ventanas principales de la planta baja han sido embellecidas con un nuevo marco y se han quitado las humedades que existían por filtración, para lo que se han eliminado los poyos que había debajo de las ventanas antiguas.

Como dato curioso se ha recuperado una moldura de escayola policromada que existía por todo el perímetro interior y que en algunos lugares había desaparecido. El molde lo guardaba el Ayuntamiento de Cáceres y gracias a esto ha podido ser restaurado todo el contorno en su forma primigenia.

Esta obra de reforma y de lavado de cara del teatro cacereño concluirá con un nuevo mobiliario más moderno y funcional en las zonas comunes y de paso, que ya está encargado.

Los datos los ha dado a conocer este viernes la directora del Consorcio Gran Teatro, Silvia González, en la rueda de prensa de presentación de la programación del otoño, en la que ha asegurado que cuando se levante el telón el próximo día 23 estará todo a punto para iniciar la nueva temporada.

“Aunque puede que el mobiliario no llegue todo a tiempo, sí estará brillante y muy bonito para acoger a los nuevos espectadores”, ha dicho González que se ha mostrado muy satisfecha de la nueva imagen más moderna que ofrecerá el teatro de la calle San Antón, que en el patio de butacas seguirá guardando la esencia de siempre, con su lámpara de araña y su terciopelo rojo como centro de la decoración.