Un agente de la Policía Nacional ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Cáceres tras haber cometido un delito de homicidio por imprudencia menos grave al disparar a un preso mientras este se fugaba. Tiene prohibido el uso y posesión de armas de fuego durante seis meses y se le ha impuesto una multa con una cuota diaria de 15€ en el transcurso de este tiempo.
Además, también está obligado a indemnizar a los familiares de la víctima con 44.000€ a cada uno de los padres y con 20.000€ a su hermano.
Los hechos ocurrieron en 2018 durante un traslado desde la cárcel a los juzgados de la ciudad extremeña. Un preso, Hernando Jean Paul Sierra Quintero, tenía que comparecer en juicio. Ese día no iba esposado, ya que portaba muletas por una dolencia al caminar. Antes de llegar a dependencias policiales las soltó y comenzó a correr. A la vez, un Policía Nacional apretaba el gatillo de su pistola disparando al preso fugado. Horas más tarde se encontraría al recluso fallecido por un disparo en el pecho.
El policía acusado del fallecimiento, que es el único imputado en el caso, ha defendido siempre su inocencia ya que, según sus argumentos, no se puede probar de manera exacta que la bala que disparó desde su pistola fue la que mató a Hernando.
Por otra parte, la Fiscalía se creyó la versión por parte del agente y no había planteado ninguna acusación en su contra. De hecho, había pedido su absolución.
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