La Guardia Civil intervino una cantidad de 15 piezas metálicas, entre las cuales había monedas antiguas, un detector de metales y herramientas que se creía que eran usadas para su ubicación y extracción, en el vehículo de un hombre que estaba en el sitio arqueológico de Romangordo, una localidad de Cáceres.
La actuación se ha llevado a cabo por parte de una patrulla de Seguridad Ciudadana, compuesta por agentes pertenecientes a los Puestos de Almaraz y Navalmoral de la Mata, en el asentamiento arqueológico de Majadat al-Balat, de Romangordo.
Los agentes observaron a una persona que paseaba por el interior de asentamiento, en la zona de excavaciones arqueológicas, y al entrevistarse con él observaron sus manos manchadas de tierra, por lo que los agentes le preguntaron si había realizado algún tipo de prospección arqueológica en la zona o si disponía instrumentos que pudieran ser utilizados para tal fin, a lo que respondió que no.
Sin embargo, la actitud mostrada por esta persona “levantó las sospechas de los agentes” que, al inspeccionar su vehículo, estacionado a escasa distancia del asentamiento arqueológico, observaron que llevaba un detector de metales y junto a él un pico de los utilizados para excavar en el terreno.
Así, y ante la posibilidad de que los hechos pudieran ser constitutivo de una infracción administrativa a la normativa sobre patrimonio histórico y cultural, se procedió a la aprehensión de los objetos que pudieran tener este valor, para su remisión a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura, para su análisis y estudio mediante metodología arqueológica, así como a la aprehensión preventiva del detector de metales.
Finalmente, añade que los delitos contra el Patrimonio Histórico en los que se causan daños en bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental, o en yacimientos arqueológicos, se castigan con penas de prisión de 6 meses a 3 años o multa de 12 a 24 meses, y con la misma pena se castigan los actos de expolio.
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